A través de este proyecto se pretende desarrollar, de manera integral, la inteligencia emocional de los alumnos de tal forma que ésta llegue a formar parte del bagaje curricular que experimente el alumnado durante su paso por el CEIP Garcilaso de la Vega.
“Emocionalandia” forma parte, a su vez, de un proyecto mayor que pretende fomentar el conocimiento y el uso de las “inteligencias múltiples” por parte de nuestros alumnos.
El proyecto consiste en la puesta en práctica de una metodología y tipología de actividades que nos permitan la consolidación de esa inteligencia emocional en nuestro alumnado, y conseguir que los alumnos adquieran las distintas competencias curriculares mediante el desarrollo de este proyecto.
Para conseguir ambos objetivos la metodología utilizada y las actividades planteadas están estrechamente relacionadas con las áreas en las que se está implementado este proyecto. Se trabajan dos emociones por unidad didáctica, donde cada una de ellas forma parte de las tareas, ejercicios, actividades planteadas para la consecución de competencias y estándares de dicha unidad, bien sea en Lengua, Matemáticas, Ciencias Sociales o Ciencias Naturales. A la vez, se establecen agrupamientos, tiempos, espacios y actividades específicas durante cada unidad para desarrollar los objetivos propios del proyecto concretados en las emociones que se estén tratando en ese momento.
Algunas de las actividades planteadas son:
- El mural “Tienes una idea emocionante… escríbela ” , donde los alumnos escriben las ideas que les transmiten emociones y que representan algo profundo para ellos.
- “El Emocionario” donde los alumnos, por semanas, van introduciendo las emociones que van teniendo a lo largo de ese espacio de tiempo con el fin de hablar sobre ellas poder entenderlas, canalizarlas, razonarlas y así poder enfrentarse a ellas y sus consecuencias de manera correcta.
- “Emocionalandia”, espacio habilitado por aula donde los alumnos trabajan en grupo o individualmente las emociones propuestas para cada unidad didáctica. Espacio de cierta libertad donde los alumnos pueden desconectar del mundo curricular y académico en el más amplio sentido de la palabra. A tal fin, estos espacios son “microzonas” dentro del aula que poseen alfombras, cojines y cierta decoración, creada por los propios alumnos, que invita a éstos a una participación activa en las tareas propuestas en dicha zona.
Por lo que respecta a la inserción de actividades dentro de las áreas, podemos nombrar en el en el área de Lengua la lectura de un cuento introductorio por unidad, el cual nos ayuda a desarrollar la competencia lingüística a nivel de lectura, expresión oral y expresión escrita pues, los alumnos leen el texto, tratan de descubrir, averiguar las emociones que transmite, dialogan sobre esas emociones (qué representan para ellos, si las han experimentado alguna vez, qué han sentido al hacerlo o cómo se han sentido) y finalmente redactan un pequeño resumen implicando las emociones que les ha transmitido dicho cuento.
Por su parte, dentro del área de Matemáticas, se inventan problemas referentes a los contenidos desarrollados en la unidad implicando, en esa invención, la inserción de las emociones trabajadas. Aplican los contenidos teóricos a la vida real utilizándolos en situaciones ficticias que reproducen acciones cotidianas donde, además, deben saber reconocer las emociones implicadas.
En Ciencias Sociales y Ciencias Naturales se realizan murales donde entremezclan los contenidos con las emociones. Efectúan búsquedas en la web que les ayuden a trabajar lo tratado en la unidad dentro de contextos enmarcados por ciertas emociones, desde localizar en mapas países y comprobar qué emociones pueden tener sus habitantes dependiendo de su forma de gobierno, régimen económico, … hasta visionar documentales sobre el cáncer de colon dentro del área de Ciencias Naturales donde los alumnos han podido desarrollar los contenidos tratados sobre el aparato digestivo así como las emociones de lucha y espíritu de superación en este tipo de pacientes.
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